Salidas de tono, comentarios racistas e inapropiados han sido los detonantes de que muchas personas pierdan su empleo.
Internet y la vida real están muy cerca. Por esta razón, los expertos en nuevas tecnologías recomiendan a los usuarios a conservar la identidad digital y evitar a toda costa publicar ciertos comentarios que, en no propagarías a los cuatro vientos.
Sí, lo departamentos de Recursos Humanos de las principales empresas llevan tiempo observando lo que los candidatos a un determinado puesto comentan en sus perfiles de redes sociales. Para bien o para mal, lo que contamos en nuestros pequeños mundos digitales lo ve más gente de lo que creemos.
Como si se tratara de un canal para el desahogo, la red de «microblog» Twitter se inunda de comentarios despectivos, de quejas hacia sus superiores y jefes. De pensamientos negativos hacia nuestro entorno laboral sin que reparemos que, de vez en cuando, quien tiene el poder de decisión puede sentir un desaire y provocar un despido.
Poco le duró la alegría a Cella, residente en Texas, que un día antes de comenzar su nuevo empleo, se encargó de desprestigiar a la empresa en la que iba a desembarcar. Lo hizo por Twitter, esperando que nadie (o sus amigos) lo leyeran. Pero su futuro jefe no perdió la ocasión de hacerlo. Tras revisar su «timeline» y encontrarse con ese mensaje, despidió fulminantemente a la mujer en el mismo canal que utilizó ésta para criticar su nuevo puesto de trabajo. Ah, el trabajo era para una pizzería.
Fuente: NY Daily News