La nueva pulsera de fitness de la firma norteamericana incorpora nuevos sensores para medir el ritmo cardíaco en aras de comprobar, por ejemplo, la afluencia de estrés mientras mantiene las funciones básicas en estos dispositivos.
Jawbone UP3, nueva pulsera de fitness de la firma norteamericana, llega a nuestro país con la mirada puesta hacia los usuarios sedentarios y aquellos que buscan un aparato que les motive, que les haga saltar del sofá a la calle y cumplir con lo que recomiendan los doctores: andar una media de diez mil pasos diarios.
A diferencia de anteriores versiones, este modelo más avanzado cuenta con un sistema que monitoriza el ritmo cardiaco. Sin embargo, únicamente lo consigue en reposo, lo que puede devolver una estimación algo escasa. Así, cuando nos levantemos nos mostrará una gráfica las pulsaciones que hemos venido registrando. Esto es en cierto sentido positivo porque podemos averiguar si contemplamos periodos de estrés y si nuestro corazón se mueve al ritmo adecuado cuando debe recuperar energía. Pero a grandes rasgos ese pulsómetro no resulta tan útil como cabría esperar.
El dispositivo de muñeca no tiene pantalla -con una placa de aluminio anodizado-, con lo cual es necesario un teléfono móvil inteligente para observar los datos y la información recogida. Esa ausencia de panel puede ser un inconveniente para muchos usuarios. La sincronización, mediante conectividad Bluetotth, es rápida y fugaz, con lo que en escasos segundos los gráficos y datos están actualizados desde la aplicación para sistemas operativos iOS y Android, una aplicación distinta y nueva respecto a la utilizada en otras pulseras de esta marca. Cuenta con una pequeña banda en la que con pequeños toques se activan alguna función, como poner en marcha la actividad. Son tres pequeñas luces LED de colores.
Está lleno de sensores, como algunas de las versiones anteriores, para detallar información de los pasos andados. Una de las ventajas es el sistema de sueño acumulado, mejorado. Permite incluso discernir entre las distintas fases del sueño. Un acierto es la incorporación de alertas que intentan motivar al usuario a levantarse evitando los períodos de inactividad. Así, la pulsera vibrará suavemente si estamos, digamos, sedentarios durante mucho tiempo. También contempla la posibilidad de recibir notificaciones al instante para ayudar a estar al tanto en el progreso del movimiento.
De diseño discreto y elegante, la pulsera a su vez es cómoda, aunque incorpora un enganche para colocársela que requiere de unos minutos para entender el mecanismo de cierre y del pestillo. Peca quizá de no ser totalmente seguro puesto que se desliza y se puede ensanchar. Recuerda un tanto a la versión UP2, pero con detalles más avanzados. Es resistente al agua y sumergible hasta diez metros. Tras las pruebas realizadas, la pulsera llega hasta los seis días perfectamente, otra de las grandes posibilidades del dispositivo. Tras varios retrasos, está disponible por 195 dolares en color plata y negro.
